miércoles, 23 de abril de 2014

A la memoria de un amigo... (in memorian Manuel Carrillo)

   
 La Semana Santa siempre es una fecha que deseamos que llegue y esperamos los músicos cofrades. Es una semana feliz, dentro de la penitencia y la oración, porque los que formamos parte de alguna banda vivimos en ella de los mejores momentos.
     Sin embargo esa semana hay personas para las que no es tan feliz. Estamos hartos de escuchar por los informativos "30 y tantas personas fallecen en las carreteras en Semana Santa" y nunca nos paramos a pensar en ello. Tan insensibilizados estamos por las noticias, la tele, los diarios, que nunca reparamos en las vidas destrozadas en esos accidentes y hasta lo vemos como un hecho normal.
     Nunca hasta que te toca a ti vivirlo, y entonces todo te da un vuelco...
     Aquel Domingo de Resurrección nunca se nos olvidará a nadie, no por la felicidad de la Semana Santa, sino por lo que el destino tenía preparado. Llovía ese día, después de toda una Semana espléndida, como si Cristo no quisiera Resucitar aquel día. Día gris, aciago, invernal, que nos iba a decir que aquello fueran casi señales de lo que esperaba...
     Ese día, ese Domingo tú nos dejabas, nos dejabas con el amargor de una marcha inesperada. "Siempre se van los mejores" dice el típico dicho, pero en este caso el dicho era cierto. Maldición de aquel día, maldita Semana Santa, uno que ama la música hasta sus entrañas hasta aquel día la odiaba con toda su alma. Preferíamos antes cualquier cosa a eso, cualquiera de nosotros hubiera querido que la Semana Santa no hubiera sido tan perfecta para tan trágico final, que la banda se hubiera roto en mil pedazos, que ningún paso hubiera salido a la calle en todos esos días, que la Semana Santa que nos hizo encontrarnos y conocernos no existiera porque ninguna de esas cosas vale más que una vida.

    Pero los giros de la vida son inexplicables, uno podrá preguntarle a Dios mil veces por qué que nunca sabremos la respuesta. Nadie sabía lo que pasaría y sin esa Semana por la que tanto luchamos quizás nunca nos hubieramos llegado a conocer, quizás nunca hubiera existido ese grupo humano que es tu banda, nuestra banda, que a pesar de sus imperfecciones y sus 70 problemas como 70 son las personas que la formamos, sigue siendo la mejor segunda familia que pueda existir.
     Ahora que no estás solo valen los recuerdos, los recuerdos de aquel año, creo recordar por 2002 que te conocí en aquella calle Belén y aquel barrio de San Francisco charlando de cofradías, jugando al fútbol, intentando buscar o formar alguna Cruz de mayo a la que sacar junto con otros amigos como David. Por entonces tu entraste en la familia de la Agrupación José Serrano Alcobendas y a los pocos años llegaba yo. Prácticamente nos hemos criado y crecido juntos en lo musical y así entramos en la nueva etapa y aumentamos la familia en esta que hoy se llama Vera + Cruz. Años de recuerdos con tu característico toque de tambor, de picarnos a ver quien rufaba mejor,... luego con la corneta, con ese sonido inconfundible que nada más oírlo no te hacía falta ver quien era para saber que el solo lo estabas haciendo tú. Más tarde en la chirigota donde eras una de las almas del grupo. Nada había que no supieras hacer bien y mucho menos sin perder la sonrisa.
     Con ella nos quedamos y con tus palabras, las que nos dejabas en cada ensayo, en cada actuación, las que dejaste escritas en aquellas entrevistas que tú iniciaste.
     También con las palabras que me decías a mí, y mira las veces que tenía que cortar el ensayo por ti, pero es que era tu forma de ser, risueña, alegre, sin tomarse nada en serio porque nada merece la pena tomarlo tan en serio como para llegar a dejar de disfrutar de ello. Con aquellas veces que cansado y abatido te comentaba las ganas que tenía de acompañarte en la corneta porque ya no daba más de mí en la trompeta y tú, totalmente convencido, me decías que eso eran tonterías y que yo siempre podía mejorar mucho más igual que estabais todos mejorando (ya ves querido amigo que mientras ustedes avanzabais yo me he ido quedando atrás por no haberte escuchado a tiempo). Y también recordar con orgullo que, aunque no sepa si lo decías en serio o no, pusieras mi marcha como tu ejemplo de marcha moderna y que tanto te gustara tocarla con la corneta porque ese solo es que prácticamente era perfecto a tu medida (cosas del destino que tampoco en tu última Semana Santa pudiste volver a hacerlo).

     Pero sobre todo quedarnos con esa entrevista y tus palabras a los que somos tus compañeros:
-Un mensaje: ánimo e ilusión y pensar siempre en AM.
-Y un consejo: trabajo y humildad.
     Ahora después de todo, será difícil mantener ese ánimo, será duro volver al trabajo. Estamos destrozados, llenos de dudas e incertidumbre, no comprendemos el por qué. Solo pensar que tu corneta sonará desde el Cielo volverá a hacernos levantar, pensar que cada vez que suene marcado el Himno o suene el solo de Penitente de Pasión (tu marcha favorita) recobraremos la ilusión. Solo recordando tu sonrisa y tu forma de ser seguiremos siendo humildes pero grandes, como lo eras tú, tan humilde como para seguir animándonos y animándote a mejorar pero tan grande que cualquier cosa que se hiciera en tu despedida se quedaba pequeña.

     Solo con música hablan de verdad los corazones. Con música, como decía aquel pasodoble que te acabó gustando. Y creo que solo la música de un genio sería capaz de expresar en un pentagrama lo que aquí te dejo escrito:

     No será un adiós, será un hasta pronto. Seguro que allí te habrás reencontrado con Miguel al que estarás poniendo al día de nuestra banda mientras seguro D. Franscisco dirá que eres de los mejores músicos cofrades que en estos 60 años habrán pasado por Palma y D. José te habrá agradecido lo bien que defendías el solo de A ti, José. También allí habrás conocido a D. Manuel Rodríguez que como buen director ya te habrá metido en su Agrupación del cielo entre los mejores. Allí sonará tu corneta y esperamos que nos hagas un hueco para cuando nos volvamos a ver, que seguro que tendrás mucho que enseñarnos porque allí todas las bandas sonarán bien y lo que es más importante, habrá buena armonía porque estarán llenas de buenas personas como tú.

     Descansa en Paz, querido Carri. Siempre en nuestra memoria. Siempre AM.

PD: gente de Vera + Cruz, hay que montar Aniversario en Santiago.