domingo, 30 de junio de 2013

Pieza de música de capilla: La Expiración de Cristo (Tríptico a la Hermandad de la Expiración, nº II)

     Hará tiempo dejaba la primera de las tres piezas de música para trío de capilla dedicado a la Real e Ilustre Hermandad de la Expiración de mi ciudad de Palma del Río (Córdoba).
     Como ya dije en aquella ocasión, estas piezas surgieron con interés didáctico en la búsqueda de otros modos de expresión y de probar con otras instrumentaciones para aumentar mi formación y mi propia experiencia, siendo esta la segunda en orden tanto cronológico como también dentro de la propia obra completa, compuesta igual que la pieza antecesora en el año 2012, aunque siendo bastante más posterior puesto que en inicio aquella primera pieza era la que verdaderamente constituía un estudio, siendo esta segunda pieza creada para acompañarla en este tríptico.

     Dedicada la primera pieza a la Hermandad de la Expiración en su conjunto al titularla con el lema de la corporación del Jueves Santo palmeño, decido que estas siguientes piezas estén dedicadas a las imágenes titulares de la cofradía. La sobriedad y sencillez de esta que nos ocupa me hace inmediatamente pensar en el instante de la Expiración de Cristo que representa el primer paso de misterio, en la imagen del Cristo de la Expiración sobre su austero paso, en la verticalidad de la cruz de sección cuadrangular y lisa unida a la de los hachones de cera roja que tenuemente iluminan la escena, la verticalidad unida a la torre de la Parroquia de la Asunción que contempla el instante del último aliento.

     Es esa sobriedad la que se transmite en la partitura con un marcado tratamiento vertical de la misma pues a lo largo de ella predomina una textura claramente homofónica. Igualmente no es una pieza de gran extensión, rondando una duración de aproximandamente 1' 16, ocupando igual que la anterior 14 compases con un tempo grave (45 ppm.), siendo, también como todo el conjunto, pieza de tonalidad la menor que le otorga ese aspecto apesadumbrado que refleje el momento.
     Características pues similares a la pieza anterior para reflejar la unidad del conjunto, siendo la instrumentación original igualmente para trío de viento-madera formado por oboe, clarinete y fagot.

     Para la dedicatoria remito también al artículo de la primera pieza (Silencio, orden y devoción), estando la segunda pieza que nos ocupa directamente dedicada al primer titular de la Hermandad, el Santísimo Cristo de la Expiración, completándose la partitura con una cita del texto del Evangelio de San Lucas (Lc. 23, 44-47) que pretende ilustrar.

     Como no, os dejo el audio digitalizado ya que el tiempo impidió que la pieza se pudiese estrenar en la calle el pasado Jueves Santo, por lo que aquí la tienen en primicia:

miércoles, 12 de junio de 2013

Reflexiones: Siempre nos quedará la música...

Cuando te sientas solo, la música siempre estará ahí...
Cuando la humanidad te da la espalda y dejes de creer en ella, la música siempre te ofrecerá su mejor cara...
Cuando te traten de hundir, la música te sacará adelante...
Si sientes que lo mejor es abandonarlo todo, no pienses, solo escucha, solo siente, solo actúa, la música no te abandonará...
En los momentos en los que te falte fuerza, la música siempre te dará su aliento...
Cuando te sientas rodeado de enemigos, cuando la vida te golpee, no sufras, la música siempre será tu amiga y con ella te sentirás protegido...
Cuando sientas ganas de llorar, hazlo, llora, desahogate, la música recogerá tus lágrimas...
Si quieres sonreír, sonríe, la música estará presente...
Si has dejado de creer, no lo hagas, cree en ella, cree en la música, porque ella ha creído en ti...
Cuando te sientas empequeñecer, la música te hará grande...
Cuando estés herido, la música será tu cura...

En definitiva, cuando piensas que no queda nada, no es verdad. Coje un pentagrama y un lápiz y escribe, ponte un disco, toca un instrumento, canta, escucha, tararea, y olvídate de ello.
Porque siempre te quedará la música.

lunes, 10 de junio de 2013

Reflexiones: Como una gran familia

     Buenas a todos los visitantes y lectores. Hoy os quiero dejar uno de mis artículos recientemente publicados en el blog de Yomusico.es donde suelo participar en algunas ocasiones, como bien podéis ver se titula Como una gran familia y quisiera dedicarlo a mis compañeros, especialmente a los que me han brindado un último mes de ensayo y un sábado como el de este 8 de junio donde se ha podido ver lo que es ser compañeros de verdad para todo:

     Muchas veces, los que somos músicos, especialmente los que nos dedicamos a la música cofrade, cuando hablamos sobre nuestras bandas, sobre la relación entre los compañeros (y más en las bandas que somos humildes y que no aspiramos a ser superventas, a llenar certámenes, ni a cobrar contratos millonarios, donde lo más que tenemos es disfrutar de esto como una sana afición), cuando somos preguntados sobre qué consideramos nuestra banda, se suele decir que nuestra banda es como una gran familia.

     Se puede pensar que eso es un tópico, que es lo que siempre se dice, que son cosas que se dicen para quedar bien, pero que en el fondo nunca son realidad y que en muchas bandas la imagen que se da no es la de una familia porque hay enfrentamientos, hay personas que se pueden llevar mal entre sí,… En definitiva, como si decir que ser una familia implicase algo utópico donde impera el buen rollo y un ambiente siempre positivo.

     Nada más lejos de la realidad, ¿es qué acaso eso no es una familia? En las familias de verdad hay de todo: hay amantes padres que quieren a todos sus hijos por igual, hay hermanos que se pelean pero en el fondo se llevan bien, hay primos que puede que estén más alejados que otros pero que nunca pueden faltar, hay miembros que velan más por la unidad familiar y por el bien común y tal vez otros que sean más egoístas y busquen su bien propio por encima del de los demás… ¿Es que esas cosas no las hay en cualquier familia normal? Y sin embargo, no por ello dejan de ser una familia. 

    Podrá haber enfrentamientos pero cuando llega el momento son familia y se unen, puede que haya egos y celos entre hermanos y primos pero en los buenos momentos de celebración o en los malos de duelo siempre se tendrán una palabra de apoyo. Podremos estar más separados o incluso haber miembros de la familia con los que no nos hablemos, pero no por ello nos deja de unir la sangre.

     Eso sí es una familia. Una familia nunca podremos conseguir que sea perfecta unidad (sería entonces algo muy aburrido), y mucho menos cuando una “familia” la formamos entre 60 u 80 músicos, cada uno de su padre y de su madre, cada uno diferentes de actitud, de pensamiento, de forma de ser, pero que en el fondo a todos nos parece unir lo mismo.

     Por eso, cuando hay gente que abandona sus “familias”, sus bandas de toda la vida, cuando se van a otros lugares a buscar lo que supuestamente no encuentran en casa argumentando que “es que en esta banda no me tratan bien” y que “en la otra banda he sido bien recibido” y “me tratan mejor que en mi otra banda, como si fuera uno más” yo siempre pienso lo mismo:
     Reflexiona porque no es verdad, no te tratan bien porque te traten como uno más. Al contrario, te tratan bien porque para ellos todavía eres un extraño y no te consideran de su familia, todavía no te tienen confianza y por tanto no eres compañero. Si tu eres de esos músicos que dejan sus “hogares” piénsalo, ¿o acaso cuando vas a casa de un extraño te tratan igual que en tu propia casa? Y sin embargo, por muy bien que te traten, dónde si no mejor que en casa te vas a encontrar…


     Cada cual que tenga las razones que tenga y piense lo que quiera. Yo por lo menos sí puedo decir con motivos que en mi banda todos somos una gran familia. Una familia de las de verdad.

http://blog.yomusico.es/2013/06/como-una-gran-familia/

jueves, 6 de junio de 2013

Adaptación: Christus Vincit

     Por el momento, hasta aproximadamente octubre o la próxima Cuaresma no tendré estrenadas nuevas marchas propias, así que las primicias se las dejo a las correspondientes bandas. Por eso de momento os dejaré con otra de mis muchas adaptaciones.

      Nuevamente es una adaptación con nuevos arreglos de otro canto litúrgico que es uno de los grandes clásicos del género para Agrupación Musical, se trata de Christus Vincit, versión contemporánea que toma la letra de un antiguo canto gregoriano del siglo VIII, compuesta en 1933 por el checo Jan Kunc.

     Para esta nueva adaptación, de nuevo he decidido mantener la tonalidad de las versiones tradicionales de Agrupación Musical basadas en la primera del maestro Manuel Rodríguez, manteniendo incluso la introducción en Do mayor a la que se ha dotado de juegos armónicos diferentes a lo acostumbrado, siendo la parte donde más novedosa y personal se presenta la versión.
     En la parte central que corresponde al canto se ha mantenido algo más lo original, sin tocarse a la melodía principal, y no demasiado a los acompañamientos.
    En la instrumentación he introducido por esta vez dos voces de cornetas, siendo una de ellas necesariamente de cornetas de pistones, y lo demás son 3 voces de trompetas, 2 de trombones, una de bombardino principal y una voz de bajos formada por bombardino en segunda voz y tubas. La percusión ofrece también algo más de movimiento para restar monotonía a la marcha.

     Como siempre, aquí os dejo un audio digitalizado para que escuchéis el resultado:


    Al igual que otros arreglos, estos están sin asignar a ninguna banda, por lo que cualquier agrupación interesada puede contactar conmigo.